Muriendo en vida, estoy, y ni me siento.
Aquí sigo, por ti. Porque quizá aquí la más ingenua soy yo.
Y estoy sin ti, y sin nadie.
Porque marcas, dueles.
Ya ni inspiras, ni nada, y lo que menos, confianza. Gran mentiroso, el mejor actor.
Putos ojos, puta boca, puto tú, que enamoras, cabrón.
Tu asqueroso mar, en el que nadaría sin problema a cada hora del día por muy falso que sea.
Me despertaría cada mañana a tu lado como fuera, porque sí, porque aquí sigo, porque te quise, porque te quiero.
Enamoras, y es lo que me jode.
Me enamoraste y me dijiste adiós. Cabrón, ¡¿cómo se te ocurrió pirarte así?! Después de esto, de todo...
Enamoraban hasta tus asquerosas mentiras creíbles, que dejé de creer.
Precioso mentiroso, al que odio pero no puedo olvidar, por hacerme feliz y por hacerme quererle, por dejarme estas cicatrices que veremos quién las cierra.
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