Prometo que es la última vez que me meto a su perfil para ver si se ha conectado y una vez más no me ha contestado.
Prometo no volver a abrir su conversación de Whatsapp vacía, en la que ni está en línea,
ni estará,
ni estuvo.
Prometo no volver a abrir los mensajes para ver, si por casualidad, o por suerte, me ha contestado y no me ha salido la notificación.
Y prometer esto no me sirve de nada, porque en cualquier momento,
de cualquier noche solitaria,
con pensamientos locos,
de amor,
o
suicidas,
volveré a hacer todas estas gilipolleces.
Porque es lo que son.
Y estoy esperando demasiado y más, por alguien que me da nada y menos.
Por alguien que ya me jodió una vez,
y quién dice que no lo hará otra, u otras.
Pero decido seguir luchando a pesar de todo.
Luchando por nada, sin armas, ni argumentos.
Lo único que me sirve, es que te quiero.
Quizá es argumento de sobra para seguir aquí por ti.
Me gustaría también decir, ya que estoy,
que estoy harta de que me digáis que todo es posible,
que algún día conseguiré tenerle aquí a mi lado de nuevo.
Porque yo sé que no.
Y el único motivo de mi lucha, mis únicos argumentos,
son que le quiero y su sonrisa.
Dicen que el que no lucha no gana...,
llevo luchando mucho, y perdiendo más aún,
diréis que el que ya no esté conmigo es una ganancia para mí,
que no ha sido bonito y que todo ha ido a mal.
Decís muchas tonterías.
Y es que ninguno de vosotros habéis visto mi sonrisa cuando está él a mi lado.
Y eso es motivo de sobra para quererle.
Es una dependencia de él, mala, o buena, ya creo que no sé decir.
Pero si tengo claro algo es que le quiero.
Sé, porque lo sé, y le conozco, que le va a costar,
que quizá si es verdad que quiere,
pero sabiendo cómo es, le va a costar.
Quién diría que quiere sentar la cabeza.
Puede que eso es lo que me joda,
puede que ese sea el motivo por el que cada vez la pared se lleva más puñetazos,
y mis nudillos sangran más de lo normal,
el motivo de mis lágrimas cada noche,
cada tarde, y últimamente, cada mañana por los rincones.
El motivo de que todos y cada uno de mis amigos/as, los de verdad,
tengan que estar sacándome sonrisas continuamente.
Y no es que me joda que quiera sentar la cabeza,
la verdad es que de eso me alegro muchísimo.
Lo que me jode, es que no la siente conmigo.
Que la esté sentando con otra,
otra que se irá,
se acabará yendo, como todas.
Y es preciosa, y está muy bien, y puede que sea una tía genial en personalidad y corazón, no lo sé.
Pero lo que sí sé, es que no le quiere como yo, ni lo hará nunca,
nadie.
Espero que se dé cuenta, pero sé que aún no lo hará,
bueno, quizá nunca...
Y claro que prefiero que siente la cabeza conmigo antes que con ninguna otra,
y no tengo nada contra ella ni contra nadie.
Pero ya que lo va a intentar, que sea feliz, que aún viendo su sonrisa a metros de mí, o aún en fotos,
solo sabiendo que él está bien... yo seré feliz, y yo estaré bien,
aunque podría estar mejor.
Y realmente creo, que es la primera vez que escribo verdaderamente todo lo que pienso y consigo desahogarme.
...
Me gustaría prometer que voy a dejar de escribirle, y que voy a rehacer mi vida pensando que no existe.
Pero como todas las promesas del principio, las acabaré incumpliendo.
No soy de cumplir promesas.
Solo he cumplido una en toda mi vida, la de que le voy a querer siempre, y ojalá pudiera incumplirla, pero es la única que no puedo.
miércoles, 21 de agosto de 2013
Todo.
Vuela,
vuela,
vuela conmigo,
cuelate dentro dime chico,
dame calor, sácame brillo,
hazme el amor en nuestro nido.
No quiero nada,
nada más.
Me sobra respirar,
sube, sube,
sube conmigo.
Déjalo todo, yo te cuido.
Ven a Madrid ten un descuido,
haz cosas mientras yo te miro.
No tengo miedos,
no tengo dudas,
lo tengo muy claro ya...
Todo es tan de verdad,
que me acojono cuando pienso, en tus pequeñas dudas y eso, que si no te tengo reviento,
quiero hacértelo muy lento..
Todo,
todo,
todo,
todo,
yo quiero contigo todo.
Poco, muy poco a poco,
poco,
que venga la magia y estemos solos,
solos, solos,
solos.
Yo quiero contigo, solo.
Solo, rozándonos todos,
sudando,
cachondos,
volviéndonos locos,
teniendo cachorros,
clavarnos los ojos,
bebernos a morro.
Sueña, sueña,
sueña conmigo,
escríbeme luego un mensajito,
dime hacia donde y yo te sigo,
si tú te tiras,
yo me tiro.
[...]
Dame que aun te queda,
dame un poco más,
dame que lo quiero todo,
siento que cada vez más tengo celos de todo,
dame que aun te llega,
y todo llegará.
Cada vez quiero más...
Vuela,
vuela,
vuela conmigo,
cuelate dentro dime chico,
dame calor, sácame brillo,
hazme el amor en nuestro nido.
...
- Pereza.
Mil suspiros en ausencias que te echan de menos.
Me hubiera conformado con un 'lo siento' o un 'perdón',
sincero.
Porque para mentiras las que llevo aguantando meses.
[Creo que tampoco pido tanto...]
Querría odiarte,
y quizá debería,
y puede que si haya algo de odio aquí,
no sé donde, pero por ahí estará,
escondido en tus
recuerdos,
o por las calles en las que nos dimos todo, [sin darnos nada..]
o en las iniciales marcadas en la barandilla.
Pero siempre es más grande el amor que siento por ti.
Las mariposas,
el zoo en mi estomago tan solo al ver tus pupilas,
tus iris ['cualquiera']
tus piernas,
tus manos,
a metros.
Y no veo una puta mierda de lejos,
y a ti te distingo en cualquier sitio.
Cómo no distinguirte...
He venido aquí a olvidarte,
y
lo estaba haciendo,
lo estaba consiguiendo,
tenía mi vida preparada para no volverte a sentir,
y llegaste,
con esos ojos y esa sonrisa,
diciéndolo todo con la mirada,
matándome a risas.
Volver a empezar de cero, otra vez.
Y vuelve a ser intento fallido,
intento a la mierda.
Uno más, de mil.
Mil,
como las horas que te he pensado,
o como las lagrimas que he derrochado por ti.
Mil, como los besos que te daría,
o como los abrazos que me debes.
Mil perdones, mil 'lo siento'.
Mil miradas sin sentido.
Mil sonrisas al horizonte,
pensándote.
No intentéis entenderme,
no intentéis entender algo que no vais a conseguir.
Ya que si no me entiendo yo,
dudo que lo vayáis a hacer vosotros.
martes, 20 de agosto de 2013
Con 's' de suicida, o de segundas oportunidades.
Me quedo mirando ese edificio...
Que alto es...
Y pienso...
"Que bien estaría tirarse desde ahí, directa, cabeza contra el suelo, en el mismo momento en el que pase un coche,
o sin coche,
matarme,
joder,
morir."
Y sólo me viene eso a la mente.
Sigo andando por aquella calle.
Aquella calle en la que no hemos vivido nada,
pero podríamos.
Y voy, voy hacia recuerdos,
hacia calles con historias,
con besos,
los nuestros,
y abrazos...
Y me haces falta
hoy,
ayer,
y mañana,
y así ya cinco meses...
Sigo andando por las calles, con pensamiento suicida,
con tus besos de recuerdos, que recordarlos y no vivirlos
son la muerte.
¿Realmente quiero vivir otro día igual?
Pensándote de ésta forma tan inhumana,
con este sufrimiento suicida, pensando que en el próximo coche, en el próximo capo
me quedo.
Y que todo es mejor que no tenerte.
Si me he quedado estancada en ti... Y si necesito de esos abrazos...
De esos besos o simplemente de esas palabras...
He sido muy tonta,
he dado mi vida por imbéciles.
Pero si de algo no me arrepiento y sé que no me voy a arrepentir es,
de romperme por segunda vez por un cabrón.
Será muchas cosas,
(y yo muchas mas), pero aún teniendo este pensamiento
suicida..
(que es lo que más me hace darme cuenta),
si de algo estoy totalmente segura,
es de que te quiero,
y daría la vida,
por ti.
Imbécil, joder, echarte de menos es peor que tirarse desde un edificio hasta la carretera.
Imbécil, mierda, te amo.
Y ahora lo veo todo más seguro y posible, pero estoy volviendo a caer
y no sé si en tu juego, o del edificio.
Quiero una segunda oportunidad, y la veo medio que,
y ojalá,
todo perfecto
contigo,
por favor.
Y no me juzguéis por todas las tonterías que digo,
esto es escrito de noche,
y en estás situaciones,
y a estas horas,
y encima,
tú en mi cabeza,
no soy persona.
Que no sé ni lo que digo, no tengo ni puta idea,
pero te quiero a mi lado, y eso si lo tengo claro.
(Te) quiero, segundas oportunidades.
Nunca van mal...
y menos si es por mirarme en esas pupilas y reflejarme en esos iris.
Que alto es...
Y pienso...
"Que bien estaría tirarse desde ahí, directa, cabeza contra el suelo, en el mismo momento en el que pase un coche,
o sin coche,
matarme,
joder,
morir."
Y sólo me viene eso a la mente.
Sigo andando por aquella calle.
Aquella calle en la que no hemos vivido nada,
pero podríamos.
Y voy, voy hacia recuerdos,
hacia calles con historias,
con besos,
los nuestros,
y abrazos...
Y me haces falta
hoy,
ayer,
y mañana,
y así ya cinco meses...
Sigo andando por las calles, con pensamiento suicida,
con tus besos de recuerdos, que recordarlos y no vivirlos
son la muerte.
¿Realmente quiero vivir otro día igual?
Pensándote de ésta forma tan inhumana,
con este sufrimiento suicida, pensando que en el próximo coche, en el próximo capo
me quedo.
Y que todo es mejor que no tenerte.
Si me he quedado estancada en ti... Y si necesito de esos abrazos...
De esos besos o simplemente de esas palabras...
He sido muy tonta,
he dado mi vida por imbéciles.
Pero si de algo no me arrepiento y sé que no me voy a arrepentir es,
de romperme por segunda vez por un cabrón.
Será muchas cosas,
(y yo muchas mas), pero aún teniendo este pensamiento
suicida..
(que es lo que más me hace darme cuenta),
si de algo estoy totalmente segura,
es de que te quiero,
y daría la vida,
por ti.
Imbécil, joder, echarte de menos es peor que tirarse desde un edificio hasta la carretera.
Imbécil, mierda, te amo.
Y ahora lo veo todo más seguro y posible, pero estoy volviendo a caer
y no sé si en tu juego, o del edificio.
Quiero una segunda oportunidad, y la veo medio que,
y ojalá,
todo perfecto
contigo,
por favor.
Y no me juzguéis por todas las tonterías que digo,
esto es escrito de noche,
y en estás situaciones,
y a estas horas,
y encima,
tú en mi cabeza,
no soy persona.
Que no sé ni lo que digo, no tengo ni puta idea,
pero te quiero a mi lado, y eso si lo tengo claro.
(Te) quiero, segundas oportunidades.
Nunca van mal...
y menos si es por mirarme en esas pupilas y reflejarme en esos iris.
lunes, 12 de agosto de 2013
Cuando algo es irrepetible, hay que respirarlo.
Volver allí...
Tengo la sensación de que no me va a traer nada bueno.
Pero, como siempre, los cambios traen solapadas emociones.
Y, sin saberlo, yo necesito una emoción.
Tan sólo eso, una emoción.
Hace frío allí...
Recuerdo que pasé mis mejores momentos, y también los peores, o al menos, ahora lo recuerdo así.
Me observa.
Tardo en poner un pie en aquella tierra. No estoy segura de si esto es buena idea.
Llego sin nada, sin maleta, sin objetos, sin mi mundo...
Todas mis cosas están a kilómetros de allí, y yo no sé realmente que estoy haciendo.
Dependiendo del primer nuevo encuentro decidiré si realmente hacer lo que se me había pasado por la mente y de lo que no estaba nada segura.
Él me sigue observando... su rostro no refleja ninguna emoción...
Tan sólo me mira desde el portal.
Nunca había imaginado peor recibimiento que ese, supongo que tampoco le agrada mi vuelta, pero imagino que es consciente de lo que necesito.
(Peor recibimiento si ha habido, la verdad... el que hubo..., el que le hice yo a él cuando decidió volver...,
pero se lo tenía merecido...)
Pongo pie en esa tierra por fin, él se aleja.
Es como si tuviera miedo a mis preguntas... pero yo tengo pánico a sus respuestas.
No estoy nada segura de lo que estoy haciendo,
es algo inconsciente que necesito...
Las dos mujeres de mi vida ya no están y me habían contado muchas cosas, pero yo necesito las respuestas de la persona indicada, de la persona que nunca ha estado, y necesito el por qué verdadero,
con su versión.
Nada más llego recuerdo los tiempos en los que en cuanto le veía corría hacía él y le saltaba encima...
Llego hacía él, estamos a muy poco de distancia, y sólo mirarle,
me dice 'hola' y agacho la cabeza como buscando en mi mente la palabra exacta para saludarle, aunque solo me salen expresiones de odio,
Demasiado tiempo sin vernos y sin hablar, y lo primero que me dices es hola.... -le digo con cierto descaro-.
Su siguiente frase es informarme de que está enfermo.
La verdad, no sé si quería saber eso.
Supongo que entre cuidar de un extraño o de alguien de tu propia sangre, la decisión es fácil y clara...
En mi caso no tanto.
La mujer de mi vida me avisó varias veces que esto podría pasar, y siempre dije que no lo haría, pero necesito respuestas, y saber varias cosas, así que si tengo que cuidar de la persona que jamás se preocupó por mi, lo haré, simplemente por saber el por qué de no importarle jamás.
Me habla sobre su enfermedad, sobre medicamentos y todas esas cosas, y yo solo pienso en las millones de preguntas que tengo que hacerle, llevo años esperando este momento.
Egoísta quizá, pero nunca más que él, además jamás he sabido hacer dos cosas a la vez triunfando en ambas, así que prefiero pensar todo lo que le tengo que decir, bien y claro.
Me sigue observando con mucha delicadeza.
Diría que el rostro de extrañeza hacía mí va aumentando a la vez que yo tengo cada vez las cosas más claras pero las preguntas más revueltas...
Necesito hablar con él, saber todo lo que necesita y si hace falta ayudarle, aún que realmente no se merece nada.
Esto lo hago por mí.
Enfrentarme a él, es algo que necesito hacer desde hace tiempo.
Sube mientras yo le sigo.
Subir aquella escalera por la que tanto me había caído y por la que tantas veces me habían reñido por saltar y caerme, significa demasiado, y no tendría que significar nada.
Me marché de allí hace demasiado tiempo, años.
Por no volver a verle a él, ni a nadie de allí, aún que la verdadera culpa de todo la tuviera siempre él.
Y lo conseguí.
Pero durante años también he sentido que cada uno de mis logros personales me ha llevado más lejos de mis raíces... Lejos de aquella casa llamada 'hogar'.
Odio volver, pero necesitaba hacerlo, necesito billones de respuestas.
Subo arrepintiéndome...
Al entrar, es increíble que ese olor siga aquí, todo sigue igual.
Esas fotos de familia en la pared, esa cocina chiquitita con todas sus cosas perfectas, los cuartos perfectamente arreglados, todo completamente impecable.
Es extraño, él no es así, alguien debería haberlo ayudado a hacer todo este trabajo, o haberlo hecho por él... o quiere impresionarme o mostrarme que se esta volviendo loco.
Y de repente, él cae al suelo.
Me quedo en shock, solo pienso en qué hacer, y en por qué esto ahora.
Llamo a una ambulancia y vamos hacía el hospital.
Había tenido un infarto, y tenía no sé qué mierda en el corazón, por su enfermedad que no pude preguntarle cuál era,
que le quedaba poco tiempo de vida.
Y era el destino, allí había llegado yo, justa de tiempo.
Por fin despierta.
Yo, sentada al lado de su cama, me quedo mirándole fijamente, con ganas de decirlo todo, pero sin decir nada, y me doy cuenta de que tengo que hacerlo cuanto antes, porque en este caso no vale la frase de 'mejor tarde que nunca', le queda poco y cuando se vaya se habrá ido para siempre.
Hola cariño -me dice-.
Yo, no sé que contestar, a qué viene ese cariño después de tantísimos años...
Bueno, está muriendo.. soy su hija, que menos...
Hola Jesús... necesito que hablemos, necesito muchas cosas.
Por favor, dime que no te vas a ir aún. -me sale sólo decirle todo esto, necesito sincerarme con él-.
Sabes que no cumplo mis promesas, pero dime que quieres saber y contestaré a todo. -dice descarado, realmente, muy sincero-.
Me quedo mirándole, y veo como me sonríe débil.
Pienso que en cierto sentido me alegro de estar aquí para verle morir, porque nadie merece morir sólo por mucho daño que haya hecho...
Siempre le he querido mucho, por mucho odio u rencor que tenga hacía él, y eso esta claro.
Siempre aún que no estuviera a mi lado durante gran parte de mi vida, siempre he sido su ojo derecho, y el izquierdo, y sus dos manos, y su palo de golf, y el zumito de piña o melocotón en el Miño, su cerveza, su pensión, sus almendras, su gota de agua,
su mitad.
Y es que siempre me habían dicho que yo he salido clavada a él, y jamás he querido ser como esa persona.
Ha hecho mucho daño a mucha gente.
Y sentía rencor por eso.
Pero, pensándolo bien... siempre, cuando ha estado conmigo, siempre ha sido genial.
No quiero torturarle, no quiero saber nada de su vida mientras no ha estado a mi lado,
no quiero respuestas de ningún tipo que en cierto sentido no tienen que ver conmigo.
He venido buscando respuestas, más preguntas, y volverme más sin él de lo que estaba.
Y prefiero quedarme sin saber nada, abrazando a la persona que nunca ha estado físicamente a mi lado, pero que me necesita, y sin él yo no sería lo que soy hoy.
La única vez en la vida en lo que no siento absolutamente nada de rencor.
Pero yo he venido aquí por algo, y aún que sea lo más mínimo necesito hablarlo con él.
Decido sincerarme.
Oye, Jesús... siempre te he echado de menos, me he tirado noches, días, mucho tiempo llorando por ti. Nunca has estado realmente. Un par de llamadas al mes no han sido suficientes, vivir contigo un año, jugar al golf cada tarde desde que tenía 6 años hasta los 10 de lunes a domingo durante algún mes que venías. Esos creeps o gofres, o que me compraras juguetes. No. Todas esas cosas no las he querido nunca.
Ahora si me apetecen ¿sabes? Cada vez te echo más de menos por mucho que diga que no.
Pero lo que realmente siempre he necesitado era un padre, no un amigo de 40 años más que yo que iba y venía y me invitaba a cosas.
No. Joder, un padre, que me enseñara a montar en bici, al que decir la primera palabra, que se cabreara porque tengo novio solo porque soy su niña y quiere protegerme.
Y no es rencor, ni quiero hacerte daño con todo esto, pero antes de que te vayas para siempre, necesitaba contarte todo lo que pienso.
Y necesitaba decirte que a pesar de esto siempre te he echado de menos y siempre has sido importante para mí.
Joder, que agusto me quedo diciéndole todo, se ha quedado estupefacto, con ganas de contestar, pero como pensando las palabras correctas para no sembrar rencor en mí en su último momento de vida.
Tú primera palabra fue papá, eso es bueno...
Y siempre he querido volver, pero he hecho demasiadas estupideces como para reaccionar como si nada delante de todo el mundo. Ya sabes que no podía pasar mucho tiempo allí ya que todo fue a mal, y yo allí no pintaba nada. Pero te vuelvo a pedir perdón como muchas más veces he hecho. Y si no hubiera sido por ti, no hubiera aparecido por allí jamás pequeña mía...-dice tranquilo, pero midiendo las palabras-.
No, no es bueno cuando le digo papá a un hombre amigo de mi abuelo.
Joder, Jesús... sé que te arrepientes, y mira... bf, no sé que más decirte y... -empiezo a llorar desconsoladamente.-
Me toca el hombro, me sonríe, cierra los ojos, respira fuerte, y me dice,
'Todo va a salir bien pequeña, eres quien eres gracias a todas las experiencias, y está es grande, y tú eres fuerte, llora todo lo que necesites, pero estás más preciosa sonriendo.
Cariño, por favor, no me llames Jesús, me rompes en pedazos...'
Entonces,
decidí decirle algo que no decía de hace años,
algo que no pensaba volver a decir nunca,
algo,
que me salió completamente sólo.
Oye, papá, te quiero...
Me acerco a él, le doy un beso en la mejilla, le abrazo...
y ya se ha ido.
Tengo la sensación de que no me va a traer nada bueno.
Pero, como siempre, los cambios traen solapadas emociones.
Y, sin saberlo, yo necesito una emoción.
Tan sólo eso, una emoción.
Hace frío allí...
Recuerdo que pasé mis mejores momentos, y también los peores, o al menos, ahora lo recuerdo así.
Me observa.
Tardo en poner un pie en aquella tierra. No estoy segura de si esto es buena idea.
Llego sin nada, sin maleta, sin objetos, sin mi mundo...
Todas mis cosas están a kilómetros de allí, y yo no sé realmente que estoy haciendo.
Dependiendo del primer nuevo encuentro decidiré si realmente hacer lo que se me había pasado por la mente y de lo que no estaba nada segura.
Él me sigue observando... su rostro no refleja ninguna emoción...
Tan sólo me mira desde el portal.
Nunca había imaginado peor recibimiento que ese, supongo que tampoco le agrada mi vuelta, pero imagino que es consciente de lo que necesito.
(Peor recibimiento si ha habido, la verdad... el que hubo..., el que le hice yo a él cuando decidió volver...,
pero se lo tenía merecido...)
Pongo pie en esa tierra por fin, él se aleja.
Es como si tuviera miedo a mis preguntas... pero yo tengo pánico a sus respuestas.
No estoy nada segura de lo que estoy haciendo,
es algo inconsciente que necesito...
Las dos mujeres de mi vida ya no están y me habían contado muchas cosas, pero yo necesito las respuestas de la persona indicada, de la persona que nunca ha estado, y necesito el por qué verdadero,
con su versión.
Nada más llego recuerdo los tiempos en los que en cuanto le veía corría hacía él y le saltaba encima...
Llego hacía él, estamos a muy poco de distancia, y sólo mirarle,
me dice 'hola' y agacho la cabeza como buscando en mi mente la palabra exacta para saludarle, aunque solo me salen expresiones de odio,
Demasiado tiempo sin vernos y sin hablar, y lo primero que me dices es hola.... -le digo con cierto descaro-.
Su siguiente frase es informarme de que está enfermo.
La verdad, no sé si quería saber eso.
Supongo que entre cuidar de un extraño o de alguien de tu propia sangre, la decisión es fácil y clara...
En mi caso no tanto.
La mujer de mi vida me avisó varias veces que esto podría pasar, y siempre dije que no lo haría, pero necesito respuestas, y saber varias cosas, así que si tengo que cuidar de la persona que jamás se preocupó por mi, lo haré, simplemente por saber el por qué de no importarle jamás.
Me habla sobre su enfermedad, sobre medicamentos y todas esas cosas, y yo solo pienso en las millones de preguntas que tengo que hacerle, llevo años esperando este momento.
Egoísta quizá, pero nunca más que él, además jamás he sabido hacer dos cosas a la vez triunfando en ambas, así que prefiero pensar todo lo que le tengo que decir, bien y claro.
Me sigue observando con mucha delicadeza.
Diría que el rostro de extrañeza hacía mí va aumentando a la vez que yo tengo cada vez las cosas más claras pero las preguntas más revueltas...
Necesito hablar con él, saber todo lo que necesita y si hace falta ayudarle, aún que realmente no se merece nada.
Esto lo hago por mí.
Enfrentarme a él, es algo que necesito hacer desde hace tiempo.
Sube mientras yo le sigo.
Subir aquella escalera por la que tanto me había caído y por la que tantas veces me habían reñido por saltar y caerme, significa demasiado, y no tendría que significar nada.
Me marché de allí hace demasiado tiempo, años.
Por no volver a verle a él, ni a nadie de allí, aún que la verdadera culpa de todo la tuviera siempre él.
Y lo conseguí.
Pero durante años también he sentido que cada uno de mis logros personales me ha llevado más lejos de mis raíces... Lejos de aquella casa llamada 'hogar'.
Odio volver, pero necesitaba hacerlo, necesito billones de respuestas.
Subo arrepintiéndome...
Al entrar, es increíble que ese olor siga aquí, todo sigue igual.
Esas fotos de familia en la pared, esa cocina chiquitita con todas sus cosas perfectas, los cuartos perfectamente arreglados, todo completamente impecable.
Es extraño, él no es así, alguien debería haberlo ayudado a hacer todo este trabajo, o haberlo hecho por él... o quiere impresionarme o mostrarme que se esta volviendo loco.
Y de repente, él cae al suelo.
Me quedo en shock, solo pienso en qué hacer, y en por qué esto ahora.
Llamo a una ambulancia y vamos hacía el hospital.
Había tenido un infarto, y tenía no sé qué mierda en el corazón, por su enfermedad que no pude preguntarle cuál era,
que le quedaba poco tiempo de vida.
Y era el destino, allí había llegado yo, justa de tiempo.
Por fin despierta.
Yo, sentada al lado de su cama, me quedo mirándole fijamente, con ganas de decirlo todo, pero sin decir nada, y me doy cuenta de que tengo que hacerlo cuanto antes, porque en este caso no vale la frase de 'mejor tarde que nunca', le queda poco y cuando se vaya se habrá ido para siempre.
Hola cariño -me dice-.
Yo, no sé que contestar, a qué viene ese cariño después de tantísimos años...
Bueno, está muriendo.. soy su hija, que menos...
Hola Jesús... necesito que hablemos, necesito muchas cosas.
Por favor, dime que no te vas a ir aún. -me sale sólo decirle todo esto, necesito sincerarme con él-.
Sabes que no cumplo mis promesas, pero dime que quieres saber y contestaré a todo. -dice descarado, realmente, muy sincero-.
Me quedo mirándole, y veo como me sonríe débil.
Pienso que en cierto sentido me alegro de estar aquí para verle morir, porque nadie merece morir sólo por mucho daño que haya hecho...
Siempre le he querido mucho, por mucho odio u rencor que tenga hacía él, y eso esta claro.
Siempre aún que no estuviera a mi lado durante gran parte de mi vida, siempre he sido su ojo derecho, y el izquierdo, y sus dos manos, y su palo de golf, y el zumito de piña o melocotón en el Miño, su cerveza, su pensión, sus almendras, su gota de agua,
su mitad.
Y es que siempre me habían dicho que yo he salido clavada a él, y jamás he querido ser como esa persona.
Ha hecho mucho daño a mucha gente.
Y sentía rencor por eso.
Pero, pensándolo bien... siempre, cuando ha estado conmigo, siempre ha sido genial.
No quiero torturarle, no quiero saber nada de su vida mientras no ha estado a mi lado,
no quiero respuestas de ningún tipo que en cierto sentido no tienen que ver conmigo.
He venido buscando respuestas, más preguntas, y volverme más sin él de lo que estaba.
Y prefiero quedarme sin saber nada, abrazando a la persona que nunca ha estado físicamente a mi lado, pero que me necesita, y sin él yo no sería lo que soy hoy.
La única vez en la vida en lo que no siento absolutamente nada de rencor.
Pero yo he venido aquí por algo, y aún que sea lo más mínimo necesito hablarlo con él.
Decido sincerarme.
Oye, Jesús... siempre te he echado de menos, me he tirado noches, días, mucho tiempo llorando por ti. Nunca has estado realmente. Un par de llamadas al mes no han sido suficientes, vivir contigo un año, jugar al golf cada tarde desde que tenía 6 años hasta los 10 de lunes a domingo durante algún mes que venías. Esos creeps o gofres, o que me compraras juguetes. No. Todas esas cosas no las he querido nunca.
Ahora si me apetecen ¿sabes? Cada vez te echo más de menos por mucho que diga que no.
Pero lo que realmente siempre he necesitado era un padre, no un amigo de 40 años más que yo que iba y venía y me invitaba a cosas.
No. Joder, un padre, que me enseñara a montar en bici, al que decir la primera palabra, que se cabreara porque tengo novio solo porque soy su niña y quiere protegerme.
Y no es rencor, ni quiero hacerte daño con todo esto, pero antes de que te vayas para siempre, necesitaba contarte todo lo que pienso.
Y necesitaba decirte que a pesar de esto siempre te he echado de menos y siempre has sido importante para mí.
Joder, que agusto me quedo diciéndole todo, se ha quedado estupefacto, con ganas de contestar, pero como pensando las palabras correctas para no sembrar rencor en mí en su último momento de vida.
Tú primera palabra fue papá, eso es bueno...
Y siempre he querido volver, pero he hecho demasiadas estupideces como para reaccionar como si nada delante de todo el mundo. Ya sabes que no podía pasar mucho tiempo allí ya que todo fue a mal, y yo allí no pintaba nada. Pero te vuelvo a pedir perdón como muchas más veces he hecho. Y si no hubiera sido por ti, no hubiera aparecido por allí jamás pequeña mía...-dice tranquilo, pero midiendo las palabras-.
No, no es bueno cuando le digo papá a un hombre amigo de mi abuelo.
Joder, Jesús... sé que te arrepientes, y mira... bf, no sé que más decirte y... -empiezo a llorar desconsoladamente.-
Me toca el hombro, me sonríe, cierra los ojos, respira fuerte, y me dice,
'Todo va a salir bien pequeña, eres quien eres gracias a todas las experiencias, y está es grande, y tú eres fuerte, llora todo lo que necesites, pero estás más preciosa sonriendo.
Cariño, por favor, no me llames Jesús, me rompes en pedazos...'
Entonces,
decidí decirle algo que no decía de hace años,
algo que no pensaba volver a decir nunca,
algo,
que me salió completamente sólo.
Oye, papá, te quiero...
Me acerco a él, le doy un beso en la mejilla, le abrazo...
y ya se ha ido.
'..buscando.'
"Y si los que mueren... Han descubierto una verdad...
Una verdad sobre el amor, sobre la amistad, sobre ellos...
Y nosotros somos ignorantes...
Quizá es ése el sentido de ésta vida,
todos somos ignorantes que ignoramos cosas diferentes hasta que desaparecemos...
El conocer la verdad nos permite marchar...
¿No podría ser así?"
Una verdad sobre el amor, sobre la amistad, sobre ellos...
Y nosotros somos ignorantes...
Quizá es ése el sentido de ésta vida,
todos somos ignorantes que ignoramos cosas diferentes hasta que desaparecemos...
El conocer la verdad nos permite marchar...
¿No podría ser así?"
"Brújulas" ...
Traumas de la infancia, al fin y al cabo es lo que somos cada uno de nosotros,
traumas de la infancia...
Jamás pensé que fuera una promesa,
tan solo pronuncie una frase...
Pensé que no la cumpliría,
él no se merecía que yo volviese,
pero cuando llegó el momento,
regresé.
Mi vida era extraña... O al menos yo sentía que lo era...
¿Sabéis cuando los días
y
las noches se confunden?
¿Cuando te metes en la cama y tienes la sensación de que es imposible que haya pasado otro día más?
Eso me ocurría noche tras noche,
día tras día.
Sentía que aquello no era vivir,
era tan sólo notar cómo el tiempo transcurría alrededor de mis biorritmos...
el tiempo fluía tan rápido que tenía la sensación de que un día la muerte
me alcanzaría...
Pero no llegaba...
Era tan sólo una sensación...
Mi vida no era fácil...
Habían pasado demasiadas cosas en poco tiempo...
Sentía...
Sentía que no pertenecía al lugar donde estaba,
que no me gustaban las costumbres
y es que tenía ganas de hacer algo diferente....
Y sabía que había tiempo...
Y bueno, pf...
Siempre que miro esas fotos,
descubro que
todo era mejor de lo que yo creía...
No me siento especial por tener estas reflexiones,
supongo que igual que los demás,
todos tenemos en esta vida un momento en el que nos sentimos desconcertados con todo...
Me sentía mucho más cómoda de la otra forma de vivir que tenía,
pero me cambiaste,
cambié.
traumas de la infancia...
Jamás pensé que fuera una promesa,
tan solo pronuncie una frase...
Pensé que no la cumpliría,
él no se merecía que yo volviese,
pero cuando llegó el momento,
regresé.
Mi vida era extraña... O al menos yo sentía que lo era...
¿Sabéis cuando los días
y
las noches se confunden?
¿Cuando te metes en la cama y tienes la sensación de que es imposible que haya pasado otro día más?
Eso me ocurría noche tras noche,
día tras día.
Sentía que aquello no era vivir,
era tan sólo notar cómo el tiempo transcurría alrededor de mis biorritmos...
el tiempo fluía tan rápido que tenía la sensación de que un día la muerte
me alcanzaría...
Pero no llegaba...
Era tan sólo una sensación...
Mi vida no era fácil...
Habían pasado demasiadas cosas en poco tiempo...
Sentía...
Sentía que no pertenecía al lugar donde estaba,
que no me gustaban las costumbres
y es que tenía ganas de hacer algo diferente....
Y sabía que había tiempo...
Y bueno, pf...
Siempre que miro esas fotos,
descubro que
todo era mejor de lo que yo creía...
No me siento especial por tener estas reflexiones,
supongo que igual que los demás,
todos tenemos en esta vida un momento en el que nos sentimos desconcertados con todo...
Me sentía mucho más cómoda de la otra forma de vivir que tenía,
pero me cambiaste,
cambié.
sábado, 10 de agosto de 2013
Hay diez centímetros
de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras
no dichas
no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla
así de triste
así de triste
entre tus ojos y mis ojos.
Volví a casa sintiéndome sola, y tú ya no estabas aquí,
y lo que dicen de que la soledad nunca viene sola...
Viene con tu ausencia,
y no sé que es peor.
Y no sé ni lo que digo, pero tengo bien claro por quien(es) va, y esto es grande
Oye, y escúchame, y hazme caso cuando te digo que te estas convirtiendo en alguien verdaderamente importante.
Y es preocupante.
Porque hacía tiempo que había dejado de confiar en alguien, y menos de esta forma,
hacía tiempo que solo quería besar unos labios que
tú,
me has hecho olvidar y has hecho que ese deseo por unos labios mentirosos, se reemplacen a querer los tuyos.
Y gracias.
No sé como me siento ahora mismo,
porque siento demasiado,
y no sé de qué forma.
Y es amor hacía una persona que no está,
es la ausencia que noto,
que mata.
Es algo nuevo que viene, que me gusta, y ésta sensación es la mejor,
pero claro,
por otra parte está esa gran ausencia que viene cuando quiere y se pira cuando le da.
Y podréis decirme mil y una cosas sobre las ausencias de amigos, amigas, familia, o simplemente, y claramente,
tíos que marcan.
Pero jamás llegaréis a entender mi situación.
Mi espera a unos ojos, a unos iris, y a unas pupilas que mentían más que las palabras de su boca.
Y vuelvo a repetir,
demasiadas gilipolleces por un gilipollas.
Después estás tú,
que claro...
Me haces olvidar el presente con tus miradas,
el pasado con tus sonrisas,
y me haces imaginar el futuro con tus abrazos.
Y olvido quien soy simplemente cuando me tocas,
y mira,
¿ves esa pared?,
no sigas sonriendo de esa forma tan tuya
o acabamos ahí haciéndolo.
Yo no soy así, y te flipa en lo que me he convertido,
en lo que me convierte la mezcla entre su ausencia y tú.
Y ser una hija de puta con todos, porque él me enseñó a serlo,
y que contigo no, y es por algo.
Enserio, por favor, mírame otra vez así, vamonos de aquí,
y abrázame.
Dime que me quieres ya, ven a mi portal, te estoy esperando después de todo,
vamonos.
Te echo de menos, y hace horas,
y en horas.
Y es preocupante.
Porque hacía tiempo que había dejado de confiar en alguien, y menos de esta forma,
hacía tiempo que solo quería besar unos labios que
tú,
me has hecho olvidar y has hecho que ese deseo por unos labios mentirosos, se reemplacen a querer los tuyos.
Y gracias.
No sé como me siento ahora mismo,
porque siento demasiado,
y no sé de qué forma.
Y es amor hacía una persona que no está,
es la ausencia que noto,
que mata.
Es algo nuevo que viene, que me gusta, y ésta sensación es la mejor,
pero claro,
por otra parte está esa gran ausencia que viene cuando quiere y se pira cuando le da.
Y podréis decirme mil y una cosas sobre las ausencias de amigos, amigas, familia, o simplemente, y claramente,
tíos que marcan.
Pero jamás llegaréis a entender mi situación.
Mi espera a unos ojos, a unos iris, y a unas pupilas que mentían más que las palabras de su boca.
Y vuelvo a repetir,
demasiadas gilipolleces por un gilipollas.
Después estás tú,
que claro...
Me haces olvidar el presente con tus miradas,
el pasado con tus sonrisas,
y me haces imaginar el futuro con tus abrazos.
Y olvido quien soy simplemente cuando me tocas,
y mira,
¿ves esa pared?,
no sigas sonriendo de esa forma tan tuya
o acabamos ahí haciéndolo.
Yo no soy así, y te flipa en lo que me he convertido,
en lo que me convierte la mezcla entre su ausencia y tú.
Y ser una hija de puta con todos, porque él me enseñó a serlo,
y que contigo no, y es por algo.
Enserio, por favor, mírame otra vez así, vamonos de aquí,
y abrázame.
Dime que me quieres ya, ven a mi portal, te estoy esperando después de todo,
vamonos.
Te echo de menos, y hace horas,
y en horas.
Volvería al invierno..., pero... me quedo contigo en verano, y si quieres, para siempre.
Y no me gusta,
no.
Que quieres que te diga,
pero el aire en la espalda no me es agradable.
No es porque me recuerde al invierno, no,
[el invierno me encanta, me recuerda a mi, a lo que yo era.]
El aire en la espalda no es algo bueno,
significa que no estás conmigo,
que no estás aquí,
que no me tienes cogida por detrás,
como de costumbre.
Y no me gusta esa sensación.
Esa dependencia de ti.
Además,
significa que alguien vuelve a importarme tanto como
para hacer gilipolleces por un gilipollas.
Y no es la primera,
ni sera la ultima,
pero quiero que sea única.
Y siempre he preferido el invierno al verano en cierto sentido,
por motivos personales,
por vacaciones, por regalos
o
porque estoy mal psicológicamente (también puede ser).
Pero desde que es verano,
desde que te conocí ese día de calor en el que acabamos empapados,
desde que aunque estemos a 35 grados me abrazas por la espalda...
sin pensar en el aire que tengas que aguantar por mi,
o peor,
sin pensar, que me tienes que aguantar a mi...
desde todo esto,
pienso,
que quizá lleve 14 inviernos, y 14 veranos equivocada...
Y que no recuerdo tu cara, y tu siempre has recordado la mía,
y todo empezó antes de lo que imaginaba,
y
me gusta.
Hace a penas horas, y ya te estoy escribiendo,
y
es que hace falta tu culo por aquí para que se me vayan las rayadas,
las penas y todo..
tu culo,
esas sonrisas
y esas miradas.
Que bueno,
que mira,
que quizá esto no salga como quiero (que es lo mas seguro, ya que nada me sale bien)
pero mientras marche, estás siendo mío,
y mira que feliz.
Pero ya te echo de menos.
no.
Que quieres que te diga,
pero el aire en la espalda no me es agradable.
No es porque me recuerde al invierno, no,
[el invierno me encanta, me recuerda a mi, a lo que yo era.]
El aire en la espalda no es algo bueno,
significa que no estás conmigo,
que no estás aquí,
que no me tienes cogida por detrás,
como de costumbre.
Y no me gusta esa sensación.
Esa dependencia de ti.
Además,
significa que alguien vuelve a importarme tanto como
para hacer gilipolleces por un gilipollas.
Y no es la primera,
ni sera la ultima,
pero quiero que sea única.
Y siempre he preferido el invierno al verano en cierto sentido,
por motivos personales,
por vacaciones, por regalos
o
porque estoy mal psicológicamente (también puede ser).
Pero desde que es verano,
desde que te conocí ese día de calor en el que acabamos empapados,
desde que aunque estemos a 35 grados me abrazas por la espalda...
sin pensar en el aire que tengas que aguantar por mi,
o peor,
sin pensar, que me tienes que aguantar a mi...
desde todo esto,
pienso,
que quizá lleve 14 inviernos, y 14 veranos equivocada...
Y que no recuerdo tu cara, y tu siempre has recordado la mía,
y todo empezó antes de lo que imaginaba,
y
me gusta.
Hace a penas horas, y ya te estoy escribiendo,
y
es que hace falta tu culo por aquí para que se me vayan las rayadas,
las penas y todo..
tu culo,
esas sonrisas
y esas miradas.
Que bueno,
que mira,
que quizá esto no salga como quiero (que es lo mas seguro, ya que nada me sale bien)
pero mientras marche, estás siendo mío,
y mira que feliz.
Pero ya te echo de menos.
Déjate lo que estés haciendo y vente a mi cama, digo.. tus manos a mi espalda.
He vuelto.
Bueno, claro,
era predecible que iba a volver,
yo,
sin esto,
vaya una gracia,
no puedo sin ti,
sin él,
sin vosotros,
sin nosotros,
enserio,
quitarme más,
no.
Daría la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda,
pero de eso ya te encargas tú.
Y sonará muy cursi,
(y ya me da igual como suene lo que digo),
pero me muero cuando me agarras.
Y mira,
si tu cuello sabe bien,
no quiero imaginarme tu boca.
Y aún no la he probado,
pero tú tienes más ganas.
Y ya solo viendo esa sonrisa...
que,
bueno,
es tan indescriptible...
Tan especial..
como tus miradas,
como que me agarres de la mano,
o me empujes contra la pared y me mires fijamente,
pero realmente no me ves,
(y yo me entiendo, solo yo).
Tírate al suelo,
abrázame,
mira al techo, y solo dime que me quieres,
o mírame y dilo todo con tu risa,
eh,
tan tuya, y se esta haciendo tan de mi... joder.
Y esas miradas,
y esos labios,
y esa risa,
joder.. no me jodáis,
¿pero le habéis visto?
Ni las miradas en el tren,
ni los amores de la calle,
ni las primeras palabras con desconocidos,
ni las primeras notas que tocas en tu primera guitarra,
ni tan especial como creerte algo tocando teclas del piano al azar, cuando realmente no sabes nada
(y mas de lo mismo con una guitarra en tus/mis manos)
ni los primeros llantos con conocidos,
ni las primeras reconciliaciones,
ni nada en el mundo, es tan especial como él
y sus ojos,
sus gestos,
y sus sonrisas.
Porque mira, no entenderé jamás eso tan 'hipster' de 'me follo las sonrisas' o 'te follo a sonrisas',
pero que la tuya tiene un polvo,
eso si lo comprendo.
(Bueno, y tú, pero eso es otro tema).
Y déjate de guitarras, de pianos, de deportes,
déjate las manos,
deja de hacer cosas,
que esas manos van a mi espalda, y las mías a tu cuello.
Hace a penas nada, y ya te echo de menos.
Bueno, claro,
era predecible que iba a volver,
yo,
sin esto,
vaya una gracia,
no puedo sin ti,
sin él,
sin vosotros,
sin nosotros,
enserio,
quitarme más,
no.
Daría la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda,
pero de eso ya te encargas tú.
Y sonará muy cursi,
(y ya me da igual como suene lo que digo),
pero me muero cuando me agarras.
Y mira,
si tu cuello sabe bien,
no quiero imaginarme tu boca.
Y aún no la he probado,
pero tú tienes más ganas.
Y ya solo viendo esa sonrisa...
que,
bueno,
es tan indescriptible...
Tan especial..
como tus miradas,
como que me agarres de la mano,
o me empujes contra la pared y me mires fijamente,
pero realmente no me ves,
(y yo me entiendo, solo yo).
Tírate al suelo,
abrázame,
mira al techo, y solo dime que me quieres,
o mírame y dilo todo con tu risa,
eh,
tan tuya, y se esta haciendo tan de mi... joder.
Y esas miradas,
y esos labios,
y esa risa,
joder.. no me jodáis,
¿pero le habéis visto?
Ni las miradas en el tren,
ni los amores de la calle,
ni las primeras palabras con desconocidos,
ni las primeras notas que tocas en tu primera guitarra,
ni tan especial como creerte algo tocando teclas del piano al azar, cuando realmente no sabes nada
(y mas de lo mismo con una guitarra en tus/mis manos)
ni los primeros llantos con conocidos,
ni las primeras reconciliaciones,
ni nada en el mundo, es tan especial como él
y sus ojos,
sus gestos,
y sus sonrisas.
Porque mira, no entenderé jamás eso tan 'hipster' de 'me follo las sonrisas' o 'te follo a sonrisas',
pero que la tuya tiene un polvo,
eso si lo comprendo.
(Bueno, y tú, pero eso es otro tema).
Y déjate de guitarras, de pianos, de deportes,
déjate las manos,
deja de hacer cosas,
que esas manos van a mi espalda, y las mías a tu cuello.
Hace a penas nada, y ya te echo de menos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)