miércoles, 21 de agosto de 2013

Prometo que es la última vez que me meto a su perfil para ver si se ha conectado y una vez más no me ha contestado.
Prometo no volver a abrir su conversación de Whatsapp vacía, en la que ni está en línea,
ni estará,
ni estuvo.
Prometo no volver a abrir los mensajes para ver, si por casualidad, o por suerte, me ha contestado y no me ha salido la notificación.
Y prometer esto no me sirve de nada, porque en cualquier momento,
de cualquier noche solitaria,
con pensamientos locos,
de amor,
o
suicidas,
volveré a hacer todas estas gilipolleces.
Porque es lo que son.
Y estoy esperando demasiado y más, por alguien que me da nada y menos.
Por alguien que ya me jodió una vez,
y quién dice que no lo hará otra, u otras.
Pero decido seguir luchando a pesar de todo.
Luchando por nada, sin armas, ni argumentos.
Lo único que me sirve, es que te quiero.
Quizá es argumento de sobra para seguir aquí por ti.
Me gustaría también decir, ya que estoy,
que estoy harta de que me digáis que todo es posible,
que algún día conseguiré tenerle aquí a mi lado de nuevo.
Porque yo sé que no.
Y el único motivo de mi lucha, mis únicos argumentos, 
son que le quiero y su sonrisa.
Dicen que el que no lucha no gana...,
llevo luchando mucho, y perdiendo más aún,
diréis que el que ya no esté conmigo es una ganancia para mí,
que no ha sido bonito y que todo ha ido a mal.
Decís muchas tonterías.
Y es que ninguno de vosotros habéis visto mi sonrisa cuando está él a mi lado.
Y eso es motivo de sobra para quererle.
Es una dependencia de él, mala, o buena, ya creo que no sé decir.
Pero si tengo claro algo es que le quiero.
Sé, porque lo sé, y le conozco, que le va a costar,
que quizá si es verdad que quiere,
pero sabiendo cómo es, le va a costar.
Quién diría que quiere sentar la cabeza.
Puede que eso es lo que me joda,
puede que ese sea el motivo por el que cada vez la pared se lleva más puñetazos,
y mis nudillos sangran más de lo normal,
el motivo de mis lágrimas cada noche, 
cada tarde, y últimamente, cada mañana por los rincones.
El motivo de que todos y cada uno de mis amigos/as, los de verdad,
tengan que estar sacándome sonrisas continuamente.
Y no es que me joda que quiera sentar la cabeza,
la verdad es que de eso me alegro muchísimo.
Lo que me jode, es que no la siente conmigo.
Que la esté sentando con otra,
otra que se irá,
se acabará yendo, como todas.
Y es preciosa, y está muy bien, y puede que sea una tía genial en personalidad y corazón, no lo sé.
Pero lo que sí sé, es que no le quiere como yo, ni lo hará nunca,
nadie.
Espero que se dé cuenta, pero sé que aún no lo hará,
bueno, quizá nunca...
Y claro que prefiero que siente la cabeza conmigo antes que con ninguna otra,
y no tengo nada contra ella ni contra nadie.
Pero ya que lo va a intentar, que sea feliz, que aún viendo su sonrisa a metros de mí, o aún en fotos,
solo sabiendo que él está bien... yo seré feliz, y yo estaré bien,
aunque podría estar mejor.
Y realmente creo, que es la primera vez que escribo verdaderamente todo lo que pienso y consigo desahogarme.
...
Me gustaría prometer que voy a dejar de escribirle, y que voy a rehacer mi vida pensando que no existe.
Pero como todas las promesas del principio, las acabaré incumpliendo.
No soy de cumplir promesas.
Solo he cumplido una en toda mi vida, la de que le voy a querer siempre, y ojalá pudiera incumplirla, pero es la única que no puedo.

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