lunes, 8 de julio de 2013

Simplemente, escaparme contigo.

"Todo ocurre en un instante. Lo cual si lo piensas, da rabia. Si tuviéramos más oportunidades de hacer las cosas, quizá no nos salían tan mal.
Y bueno, todo empezó ahí.
A todos nos gustaría retroceder en el tiempo para poder revivir las mismas cosas, pero sabiendo lo que ha pasado después. Todos deseamos que nos suspendan para tener la posibilidad de repetir la vida, o la situación.
Lo malo de la vida es que solamente hay una, y que, cuando acabas de aprender algo, lo aprendido ya no te sirve de nada. A menos que vuelvas a hacer el mismo camino, la misma trayectoria, una segunda vez. Y estoy en ese momento de mi vida que no sé que hacer, no sé si reírme o darte de hostias, o darme yo.
Y pienso, no renuncies a nada, ríete dándote o dándole de hostias.
¿Y con nosotros que ha pasado? ¿Hemos repetido o hemos pasado de curso?
Puede que aún estemos en los trabajos de verano, o puede que tengamos que presentarnos a los exámenes de recuperación, somos un auténtico desastre... A lo mejor tendrían que hacernos repetir, así podríamos rehacerlo todo como es debido. Merecemos que nos hagan repetir, tendrían que mandarnos a primero de primaria. ¿Sabes cuántas tonterías menos haríamos si retrocediéramos en el tiempo?
Y no sé si de verdad hay algo que volvería a hacer de otra manera.
Todo está tan atado que me daría miedo cambiar un solo cruce de nuestro camino.
Y me pongo a recordar, y es que joder, nos queremos... 
''+Eh! Tú!
Me oye y me mira mientras corro hacía él.
+No te vayas.
-¿Por qué?
+Porque no quiero, sencillamente, baja, venga. Te necesito.
-¿Y ella?
+Vivirá con nosotros, se ocupará de la casa y cuidará a nuestros hijos.
-Vale...
+Pero ella ahora es lo de menos, ¡venga, baja del tren!
-No sé si debo bajar, ¿le has dejado a él?
+No, él también está esperando fuera, se encargará de la limpieza, y de sacar al perro... ¡Claro que le he dejado!
-Ah, vale.
+¿Y bien?
-Te advierto, que no pienso hacerme rastas, y este es el último verano que me ves bailar, ya me he humillado bastante.
+¿Algo más?
-No me gusta la cerveza negra.
+A mi tampoco, ¿quieres que escojamos los nombres que pondremos a nuestros hijos?
-No, eso lo decido yo... Una cosa, tú me conoces, yo soy... en fin, ya lo sabes, no siempre soy fácil...
+No, pero vete a...
-Vale, ya sé que lo sabes, así que...
+No tenemos que casarnos, solo tienes que bajar de este puñetero tren. Me da igual la música que escuches, cómo te vistas, si bailas en las fiestas... Sencillamente, me gustas tú, me gustas así.
Me abraza y me besa.
Me pongo a reír de alegría, temía haberle perdido.''
No creo en el destino, o sea, no creo que nuestros caminos estén marcados, me parece una tontería. Y pienso que los opuestos se atraen, pero depende. Y me dan mis rayadas, y.
Y de algún modo, no sé cómo, es como si hubiese llegado, de forma inesperada y antes de tiempo, la palabra, fin.
Y me digo, y me decía, que las cosas no iban a cambiar, que no van a cambiar, pero no es cierto, ya han cambiado.
Y que no quiero creer en que el destino exista, no.
Y si estoy en lo cierto, debe de haber alguien pasándoselo de puta madre liándome la vida.
Y las cosas no terminan, solo que simplemente, cambian, y mi vida esta cambiándolo todo muy rápido.
Y quieres buscar una solución a todo, porque de repente se te cae el mundo a los pies e intentas hacer algo, y no puedes, pero es que no hay una solución a todos los problemas.
A llegado el verano, a acabado la primavera y la época en la que seguías a mi lado, a acabado todo o ha cambiado mientras nos empeñábamos en encontrar la solución a todos nuestros problemas.
Y es que no sé, cuando estoy contigo el mundo me parece de colores y brillante, y toda la gente me parece feliz, (que cursi soy).
Y es precisamente porque lo dicen todos, por lo que nosotros en ese momento, no nos dijimos nada.
Y tú estás como el culo, porque ya nada va bien, pero todos te dicen <<Sonríe>> y tú, pues sonríes, aún que no lo sientas.
Pero llora, llora todo lo que necesites, grita.
Y es verdad eso de que solo reparas en ciertas cosas cuando las pierdes, que hay cosas en la vida que no te preocupas de mirar cada mañana. Y deberíamos fijarnos en todo y todos, que después nos lamentamos, porque, sinceramente, somos gilipollas.
Y escribiendo, y leyendo todo esto, me doy cuenta, mis palabras me revelan que él es mi medicina.
Y escribiendo, y leyendo todo esto, me doy cuenta, de todo, y pienso.
Y quisiera poder sencillamente decir que sé lo que estás haciendo, que sé que estás intentando mostrarte alegre, fingiendo que todo está controlado. Quisiera, pero sé que no. Quisiera saber si sigue enamorado.
Y que todo el mundo te pregunte, '-¿Cómo estás cielo?' y, ya, ya no aguantar más, ya no fingir más y decir que estás bien, no, joder, ya no.
'+Jodida, gracias.'
Y mira después de todo, creí que te perdía, y quizá es que sí, que te he perdido de verdad.
Quizá nuestro problema fue no decirnos las cosas, no soltarnos la verdad.
A veces, hay que decir las cosas desagradables. Los problemas empiezan cuando uno ya no dice lo que piensa.
Puede ser, puede ser que el destino si exista, es que joder, no lo sé.
Todos son momentos, solo tienes que unir los hilos de tu destino, pero, y si el destino no existe qué.
Tratas de mostrarte feliz, pero no, todo va de culo.
Tratas de mostrarte feliz, pero evidentemente no es así.
Intentas sonreír cuando en realidad lo que querrías es llorar, se nota, y por qué no hacerlo, por no preocupar a los demás...
Piensa un poco en ti.
Y es que mira, la vida se me está yendo de las manos.
Es que ya no distingo los sentimiento, ya no sé si estoy enamorada.
Me doy cuenta de hasta qué punto, por una absurda broma del destino, o de la vida, mi vida se ha enredado.
Y estoy sola, no hay otra alma viva. Sola con mis pensamientos. Los oigo como la lava que presiona contra el suelo, es el volcán que trata de estallar. Me siento pequeña, diminuta, y siento el peso del mundo bajo mis pies.
Ni yo, ni tú, ni nadie, nadie encuentra las palabras exactas para explicarme qué clase de absurda broma me ha gastado el destino.
Bueno, ya no éramos felices... No todo tiene que ser siempre perfecto, estar con alguien significa escribir una historia juntos, y si nuestros futuros ya no coincidían, nuestras historias menos.
Y la felicidad desaparece, o la encuentras en otro sitio, o persona.
Aun que las cosas hayan salido así, no me arrepiento de lo que he vivido y las elecciones que he hecho en mi vida, o contigo, que eres, o eras, mi vida.
No me arrepiento de nada.
Tu historia debes escribirla tú, a lo mejor no ha salido como la habías planeado, pero si crees en ella, no tendrás que arrepentirte de nada. Tienes que decidir cuál quieres que sea tu camino, pero ahora mismo no lo estás haciendo.
Y todo esto, significaba decidir que iba a ser de nosotros.
¿Somos peces o pájaros? Porque si somos peces sé cómo se hace, si somos pájaros no sé cómo volar y corremos el riesgo de hacernos daño.
Tengo miedo.
Miedo de que él ya haya escrito su historia, otro capítulo de su vida, un capítulo largo e importante, junto a otra persona que no soy yo.
Entonces, me doy cuenta, acabo de empezar a escribir un fragmento de la que quiero que sea mi historia a partir de este momento.
Esta es la que quiero.
Él, está escribiendo un nuevo capítulo de su historia sin mí, es más, está empezando una historia en la que a mí ni siquiera me menciona.
Y quiero decir lo que pienso, pero los pensamientos son demasiado directos.
Quiero vivir con todo mi ser, con todo lo que pienso y con todo lo que soy.
Justo desde aquí voy a empezar de nuevo. Y que si el primer capítulo de mi nueva historia ha sido un suspiro, el segundo será una carcajada.
Tengo que correr el riesgo.
Debo pensar que a lo mejor no lo consigo, debo pensar en la peor de las hipótesis. A lo mejor esa es la solución.
Tengo que correr el riesgo de perder esta partida, si no, incluso si la ganamos, no la ganaremos de verdad, y después estaremos más liados que al principio.
Buscaba una solución perfecta para mi vida, y eras tú, pero ya no estás.
Y es que el amor no tiene reglas. Y si el amor no tiene reglas, no puede decirse que el amor no tenga reglas, porque la falta de reglas ya es una regla.
No tiene que haber ni un cómo ni un por qué. Podría no haber ninguna respuesta en el amor. Podría existir el amor a secas.
Y sé que si quiero recuperarle, tenía que perderle, o arriesgarme a ello.
Y veo, como nuestros caminos, tan distintos como son, acaban de volver a encontrarse.
Los hilos de mi destino se han enredado en alguna parte y no conseguiré deshacer todos estos nudos quedándome aquí parada.
A veces, las personas necesitan crecer, o cambiar. Otras veces las personas solo necesitan reencontrarse a sí mismas.
Y cuando buscas la aceptación de todos, todos te señalan con el dedo, se como eres, no cambies por nadie.
A veces hace falta una pieza desquiciada para que cada cual pueda encontrar su lugar en el rompecabezas, y quizá esa sea yo.
Eres mi meta, no hay que apresurar el viaje, sino que tengo que llegar allí con lo que he ganado por el camino.
Lo importante no es llegar, lo importante es lo que hay por el camino, disfrutar de cada instante.
Y que sí, te quiero, pero la vida es larga, y quién sabe lo que me depara la vida, quién sabe si el día de mañana estaré muerta o viva. Que quiero llegar a ti, ya. Pero quién sabe.
Siento un intento súbito de huir, de subir al primer avión o tren que me lleve lejos de aquí, a una pradera infinita, o a un río en la montaña, o a Nueva York o a Australia.
No garantizo que todo vaya a arreglarse, puedo esperar que ocurra, puedo hacer de todo para que ocurra, siempre lo había creído, pero dejé de hacerlo, y por ti, quizá vuelva a ello. A creer en mi, en ti, y en volverte a ver al lado mía al despertar.
A lo mejor el destino no existe, os sí, no sé, pero no puedes rechazar nada de lo que te ocurre por el camino, porque aún no puedes saber adónde te conducirá.
Y no estoy dispuesta a volver a perderte, te quiero recuperar ya, para estar siempre.
Veo los reproches, veo su historia, veo un pasado que escuece, un presente complicado y también el asomo de un futuro.
Le encuentro.
Por fin.
Noto claramente cada latido de mi corazón, la tensión de mi voz.
He venido para recuperar mi vida, para escribir un nuevo capítulo de ella. Contigo.
Y no puedo aceptar que la única persona a la que pierdo seas precisamente tú, eso no puedo aceptarlo. 
Te quiero.
No le he preguntado, qué nos ha pasado con nuestro amor. Y ahora que no me queda más que el recuerdo del momento en que todo era posible y en que nuestra historia estaba empezando, me pregunto a cada segundo, ¿Querías que las cosas saliesen así? No, claro que no.
Pero esta vez es demasiado tarde.
¿Por qué dejaste que me enamorase de ti?
Es el final, el final de mi historia.
He comprendido que te quiero de verdad.
Me doy cuenta de como a veces nuestros pensamientos nos engañan, sacando nuestros miedos, alimentando nuestras inseguridades, y por eso te he perdido.
Porque pensaba que el problema éramos nosotros. O, llegados a este punto, la solución.
¿Y si el mundo nos decepciona?
No te desearía que te enamoraras de alguien como yo.
Pero es demasiado tarde.
No quiero que te largues.
Corro hacía él, sin pudor, porque no quiero que se marche, que se vaya.
-Pero ¿qué estabas pensando?
+Simplemente, escaparme contigo.
Recuperarte, y escribir nuestra historia juntos.
Esta no será ni la primera, ni la última vez que te lo diga, 
te quiero."


No hay comentarios:

Publicar un comentario