miércoles, 3 de julio de 2013

Y no sé por qué.

Pero dudo.
Dudo mucho,
de todo,
de ti,
de mi,
de mi vida,
de la de todos.
Dudo en que pulsar cuando voy, 
dudo en si quiero verte, o no,
o si no voy a verte, o si.
Dudo de todo lo que me dijiste, de si sería verdad,
o simple mentiras,
(más lo segundo que lo primero, sí).
Y no sé por qué, 
pero sigo esperando, y esperando,
y esperando...
Y no penséis saber por quién va esta entrada,
ni lo preguntéis,
porque va por quien menos os vais a esperar.
Me da por pensar,
dudar,
rayarme,
quererte.
Bueno, ya sabes, nunca me hizo bien pensar.
Y aunque estoy escribiendo una mierda de entrada, en la que una mierda se entiende, (o sea nada), yo me estoy desahogando.
(Que es para eso para lo que tengo el blog, no para contarte lo que me molesta o molestó de ti (o vosotros), y que me cagues la cara, por decirlo así, para eso no.)
Y te voy a decir, que sí, que puede que dude, que me raye, que quiera, (que por querer quiero muchas cosas), puede que me pase todo eso, o incluso más, pero que jamás me verás llorar, nunca.
Ni me oirás decir 'te quiero', ni 'te echo de menos', aunque ya alguna vez de mi boca eso haya salido, ya no más, no.
Y es que soy tan inestable con respecto a ti, joder, y es que son esos ojos, que no tienen nada de especial, pero derriten, o esa sonrisa que aunque no sea por mi, enamora, que, joder.
Y a quien engaño diciendo que no te siento, si es un morir verte.
Y que ya no estás, y cuando estás (a tu manera) ya no sé que siento, y es ese vuelco de corazón, esa sonrisa instantanea, que me dicen que sí, pero no. Después vuelves a desaparecer y no.
Y no sé que siento, ni sé que hago. Y mi inestabilidad por ti, una vez más, me supera.




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