miércoles, 17 de julio de 2013

Y...

Lo mismo es mejor contarlo todo,
quiero decir que manejo cantidad de ausencias
y me guardo lugares y portafotos en rincones
por los que nunca pisé
antes de que todo pudiera escribirlo en versos.

Ahora no sé lo que quiero,
después de 14 veranos de mi vida, la de cosas que han pasado, y como todo me ha cambiado.

Y es que inventáis, solo eso sabéis hacer,
hablar de mí,
de mí, pero de verdad.

Hacer repaso es pasar por tu vida haciéndote daño.

Nunca me he querido suicidar,
ni siquiera aquella vez que escribí que lo decía en serio.
Nunca lo habría hecho.
Soy cobarde por instinto natural
y muchas veces tiemblo
y lloro cada tres meses,
últimamente siempre en el mismo hombro,
y nunca me he atrevido a intentar poder tocar la guitarra.

Querría explicar mi lado más humano para decirte que bueno,
soy tan imbécil que sigo sangrando
                                                                sin tener heridas.

No recuerdo en que momento dejé de creer en los reyes magos.
Ni cuándo se me cayó el primer diente.
Ni los primeros veinte euros que me dio mi abuela.

Nunca fui la tía más dura de clase, ni lo seré,
ni la más rebelde,
ni siquiera, hay que joderse, la más guapa.

Aprendí a fumar con mis amigas.
Siempre fui mala con las manualidades sin piel de por medio.
Un día aprendí a dejar de querer
y dije 'no te quiero' mirandole a los ojos.
Él se marchó con la cabeza gacha, y yo me quedé en silencio.

De Calamaro aprendí que por brutal
la honestidad no es una elección
Y ahora 
digo
ando perdido sin saber
cómo seguiré siendo
si te digo todo esto que te digo.

Que bebí del biberon hasta los 5 años.

He visto gente haciendo cosas que no...
y me dije que no haría lo mismo,
y después lo hice.

Hubo noches en las que lloré porque le echaba de menos.
Lo mismo no ando tan perdida,
si he conseguido un par de pupilas
donde poder mirarme
sin tanto
         tanto
              miedo.
Creo que no sabría hacer fuego sin un mechero o una cerilla.
Tampoco sabría reanimarte si te caes a mi lado
y nunca he visto de cerca a una persona muerta, lo que llaman un cadáver.
He llorado por muertes.

Una vez comprendí a mi abuelo
y desde entonces le hablo menos
          pero le miro más.
La navidad me pone un nudo en la garganta.
No sé por qué lo cuento, pero necesitaba mostrarte todo esto.
Es posible que me cueste volver a escribir.
Los sueños siempre me dieron de comer.
Darte cuenta de que eres un ser imperfecto y normal,
de que hay muchos y mejores...
No recuerdo mi primer recuerdo,
y olvidaré el último que tenga.
Ha habido tías
que me hicieron meditar
          que lo mismo la homosexualidad
                              me era interesante,
pero luego
siempre había un él
que me demostraba lo contrario.

Como no sé tocar el piano, pulso teclas,
y me creo algo.

Fumadora a diario, nostálgica por defecto, 
payasa porque mira, tú no te has visto cuando ríes,
y además,
me obsesiono con el peso del humo en las heridas.

Tengo mi vida, y un puñado de amigos que saben de puños y puñales.
Él, que no está hecho a mi medida, si no a la suya, 
que es mucho más interesante,
y que me aguanta 5 páginas de tonterías continuas
y me deja ser así,
y puede que él,
sí,
sea el motivo o el origen de todo esto que te cuento,
como excusándome un poco,
y que cierro aquí porque él está conmigo, pero sin mí,
y yo,
me muero, (no sé dónde aprendí a tener deseos) 
de ganas de darle un beso.

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