sábado, 22 de junio de 2013

Doce, mi vida.

El día 12 hace tres meses que eché a perder mi vida.
Por ti.
¿Por qué tuviste que buscarme, sólo para echarme la vida a perder?
Viniste, me hiciste feliz, pero me desordenaste la vida, y te piraste.
¿Te debo algo? No lo creo. Una hostia, sí, te debo eso, por joderme e irte, como con todas, pero no soy como ellas. Eso de ''todas'' era, como tú decías... ¿una frase hecha?
Jamás me creí tus mentiras de dos semanas, ni mucho menos de tres meses, buen actor.
Y demuestro mi odio, porque ya es lo único que puedo demostrar.
Y eso no significa que en mi, haya dejado de haber amor para ti. Pero quizá, si vuelves ya me he ido.
Y espero que se te quede grande eso de olvidarme, de olvidarnos, de olvidar las tardes, noches y besos.
Espero, deseo y ansio, que te quede grande.
Porque calles, han captado besos y abrazos, sonrisas y algún enfado... el único y último.
No me arrepiento de nada, porque ya arrepentirme no me sirve, y es que mi invalidez mental por ti me esta perdiendo, me pierdo. Independencia de ti. Autodestrucción.
Lo he vivido todo contigo, yo para ti... una más.
Diría que muchas cosas y personas captaron nuestro amor, pero aquí, de los dos, sólo yo sentía amor (y lo siento), con el corazón hecho pedazos. Tú, el amor... lo sentías con otra cosa.
Las calles que vieron besos, abrazos, cogidas de manos. Aquel portal, que vio todo, o la mitad.
(...), discusiones, borderías, gilipolleces, sonrisas, lloros...
Vio tu falso amor y mi gran debilidad por ti.
Joder, y mi cama...
Que largo es el olvido y que corto lo vivido.
No puedo hablar de un 'nosotros' porque no lo hubo, como mucho un 'tú y yo', pero, como mucho.
Besos de cinco días, dios... sólo cinco.
Parecía mucho más el tiempo a tu lado. Pero claro... que va... contigo todo dura poco... Quiero decirte que te odio, pero no me sale. Quisiera decirte que te quiero, que yo sí te quise de verdad, que lo sigo haciendo, y seguiré, pero no te lo voy a decir, aún aquí lo leas, no te lo voy a decir, no te mereces ni esta misera entrada.
Y te hablaría, pero no, ya estoy harta; no es orgullo, es mi paciencia que contigo ya se ha agotado.
Eres mi mayor putada, mi debilidad también.
Querido ''amigo'', decirte que si querías joderme lo has conseguido, no te mereces nada, ni esta putísima entrada llena de dolor, escrita en un cuaderno viejo, en clase, un jueves, acordandome de ti.
Algún día cuando me recuerdes, y quieras volver, quizá no estoy, o sí, quién sabe, vida impredecible que me unió a ti dos semanas, aún cuando yo veía hasta imposible un minuto de tu vida para mi.
Quizá no volverte a ver, o despertarme todas las mañanas a tu lado. Contradictorio. Como la vida.
Como tú y como yo.
Doce, mi vida, título de este cachito de mi.
Doce, mi vida, la eché a perder.
Doce, mi vida, tú.



No hay comentarios:

Publicar un comentario